Historia del Islote de Hilario
Historia del Islote de Hilario
La historia del Islote de Hilario se remonta a tiempos remotos. Se dice que su nombre se debe a un ermitaño que aquí vivió, con la única compañía de su camella. Siempre fueron sus anomalías térmicas las que han hecho que tradicionalmente los isleños hayan aprovechado y usado esta zona para cocinar o descansar.
El creciente interés turístico fue lo que posteriormente dio lugar a una serie de acondicionamientos, además de su alto interés geológico, lo que lo han hecho merecedor de diferentes reconocimientos en conjunto con el resto del Parque.
Podemos decir que Las Montañas del Fuego comienzan a fraguar su historia hacia 1950, cuando el General Franco inauguraba un rudimentario acceso a las mismas, justo por el borde derecho del actual camino que va del Taro de entrada al restaurante El Diablo (en El Islote de Hilario).
Durante estos años los turistas que llegaban a esta zona tenían la posibilidad de adquirir agua o recuerdos que se ofrecían desde unas rudimentarias “chozas” de piedra y hojas de palmera.
Ya por los años 60, el Cabildo Insular, con el impulso de un plan turístico, intervendría también este espacio. Ramírez Cerdá, presidente del Cabildo por aquel entonces, contaría con la ayuda de Jesús Soto para cambiar las “chozas” de piedra y palmeras por unas estructuras más modernas dotadas de servicio de cafetería; se le denominó “Refugio de Tinecheide”.
Los trabajos continuaron y en 1965 el Islote de Hilario ya contaba con un mirador, diseñándose en 1968 la actual “Ruta de los Volcanes”, con un riguroso recorrido realizado por Jesús Soto junto a César Manrique.
No sería hasta los años 70 cuando debido a la creciente demanda se empieza a proyectar el actual edificio, fechas en las que también se diseña el parking y se instalan los tubos que permitirán las exhibiciones térmicas.
La declaración de Parque Nacional llegaría un poco más tarde, hacia 1975, en cuyo decreto quedaría explícito y reconocido el derecho de gestión turística por parte del Cabildo. La declaración de Parque Nacional es la figura de máxima protección dentro de un Parque Natural. Con ello se pretende salvaguardar, proteger y conservar el valor y los recursos naturales, propiciando un interés científico y didáctico.
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