Leyenda del Diablo de Timanfaya (Fábula)
Leyenda del Diablo de Timanfaya (Fábula)
Hacia finales de 1730, el hijo del hombre más rico del pueblo de Timanfaya y la hija de unos agricultores de plantas curativas de la zona, festejaban la celebración de su reciente enlace matrimonial que los uniría por siempre.
Acompañados de amigos y familiares se mostraban plenos de alegría y felicidad, imaginando un porvenir lleno de calor, amor y pasión, ajenos a la tragedia que se les venía encima.
Las entrañas de la Tierra comenzaron a temblar arrojando ríos de ardiente lava por la boca de un volcán, todos corrieron en busca de refugio mientras a cada paso caían piedras y cenizas.
La pareja de recién casados corría también en busca de cobijo cuando tuvo lugar la gran explosión. De repente cayó del cielo una piedra de grandes dimensiones que dejó sepultada a la joven. El esposo desesperado intentaba por todos los medios mover aquella roca que le había arrebatado a su esposa de las manos mientras todos intentaban hacerle entender que sus esfuerzos eran en vano.
Dicen que aquel muchacho, armado de rabia y dolor, y sin querer escuchar a aquellos que le gritaban que ya no había nada que hacer, cogió del suelo una forja de cinco puntas con la intención de levantar aquella piedra. Sin saber cómo, hizo una fuerza de tal dimensión que consiguió levantarla, rescatando así el cuerpo ya sin vida de su amada.
Desesperado y sin saber hacia dónde dirigirse siguió corriendo y gritando con el cuerpo inerte de su esposa en brazos, buscando el refugio y consuelo que ya jamás encontraría.
Cuentan que perdido entre las cenizas, sulfato y humo que emanaban del suelo, el joven anduvo hasta perecer. Muchos aseguraban haber visto su silueta frente a la luna llena, aún con la forja de cinco puntas en los brazos, a lo que comentaban “pobre diablo”.
Es así como surge la leyenda del “Diablo de Timanfaya”, que lleno de rabia y dolor recorría la lava de los volcanes.
Nota: Esta leyenda es en realidad una fábula que carece de referencias que la fundamenten. Con mucha probabilidad es posterior a los inicios del centro “Montañas del Fuego” pues, se sabe que el diablo diseñado por César Manrique no guarda ninguna relación con la misma ya que es el resultado de una interpretación que alude a la imagen que nos hacemos del infierno.
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