Ya habrá sido testigo de las demostraciones que alrededor del Islote de Hilario se nos presentan. Estas anomalías térmicas alcanzan temperaturas superficiales de más de 100ºC, con máximas de 277ºC a tan sólo 10 cm de profundidad, pero ¿y si continuamos excavando?

Nos encontramos ante una especie de sondeos con tubos huecos de hierro cuyo extremo inferior está cerrado. Las temperaturas que se han registrado en estos tubos oscilan alrededor de los 388ºC a 7.5 m de profundidad.

¿Y por qué se comporta el agua de ese modo?

Los tubos de hierro se encuentran enterrados verticalmente a una profundidad considerada. La condición transmisora del metal contribuye a que estos se calienten tanto que, al introducir agua en ellos, el contraste de temperaturas hace que rápidamente sea escupida de nuevo en columnas de vapor y ¡a gran velocidad!

¿No ha podido tomar una buena foto?

Observemos al guarda de Timanfaya y contemos hasta tres una vez vierta el agua, ¡esta vez no  fallará!

Nuestros trabajadores han estudiado durante años el comportamiento de estos géiseres y  conocen a la perfección los tiempos de espera estimados y los cuidados de los tubos. Un continuado y excesivo uso puede hacer que se enfríen, pero no desespere, en unos minutos recobran  de nuevo altas temperaturas. Estos contrastes provocan que, en ocasiones, el metal se dilate y quiebre, dejando caer picón (cenizas volcánicas) en el interior. Confiemos en la labor de estos guardianes del fuego, que fielmente han sabido mantener vivo el Islote de Hilario.

El sondeo más grande realizado en el Islote de Hilario se encuentra al inicio de la Ruta de Los Volcanes y no es utilizado para la generación de géiseres. Se trata de un tubo sumergido a 13 metros. Aquí se han instalado 2 termómetros fijos que registran la temperatura a tiempo real, llegando a los 610ºC. Los datos son revisados periódicamente por el personal del O.A.P.N. (Organismo Autónomo de Parques Nacionales) y el M.N.C.N.(Museo Nacional de Ciencias Naturales), centro dependiente,perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

¿Aún no conoce nuestro horno natural?

Si continuamos en dirección al restaurante hallará el secreto de la “cocina” de El Diablo.