La Ruta de Los Volcanes es un tramo de 14 kilómetros que se adentra por los lugares más atractivos del Parque.

Es una obra previa al restaurante (1968), resultado de la colaboración de César Manrique con Jesús Soto. Con su habilitación se pretendía el control de las excursiones furtivas que se abrían por caminos no definidos.

Los trabajos no pudieron ser de otro modo e inevitablemente se tuvo que adecuar el terreno por donde pasa la misma pero, se eligieron los lugares de menos impacto. Se trata de una mímesis casi perfecta en la que se aprovechó al máximo el relieve original, e incluso se utilizó la propia piedra y arena de cada tramo para su creación.

Esta simbiosis con el terreno es tal que una vez dentro de la ruta, apenas apreciaremos el camino que nos queda por recorrer y sentiremos que el autobús camina sobre el mismo malpaís.  

El recorrido comienza en el Islote de Hilario y se abre hacia los principales focos eruptivos desde donde contemplar las diferentes formaciones geológicas: principales cráteres, hornillos, mar de lava, semi-túnel volcánico, valles y vistas.